jueves, 19 de abril de 2012

3.


En mi infancia sucia y baldía
nunca me visitó García Márquez,
no dejó una pizca de realismo mágico,
jamás vi vírgenes ni curas levitando
sobre el meado asfalto de mis calles.
Sólo una vaca mecánica
en lo alto de un tejado
orgullosa anunciaba una marca
con un rumiar metálico
y en las cruces dibujadas en el cielo
por tendederos y cableado
como frutos rancios
colgaban roídos zapatos.

En esta vecindad no vivió Virgilio,
no trajo de juerga a Dante,
Rimbaud no se bañó en la pila
pero en el calor de las tres de la tarde
la volátil peste
de las letrinas compartidas
llegaba hasta la cocina
y se mezclaba con los fideos;
desde ese olor imaginé el infierno.

En mi casa de cartón y madera
no empezaba Comala
aunque todos los días mi abuela
reprendía a sus muertos;
les gritaba que se largasen,
que se muriesen en paz,
pero ellos jamás contestaron.

En estas calles estrechas
no son babilónicos los mecánicos
ni les persiguen mariposas,
sólo hay una nube de moscas verdes
sobre mi pelo con agua y limón domado.

En este patio de geranios en maceta
no hubo un galeón español

sepultado en la tierra,
pero en la esquina ladraba un viejo perro
que como los piratas
tenía podrido un ojo

y cojeaba del lado derecho.

En mi familia no hubo tíos coroneles
y mucho menos bisabuelos alquimistas,
soy el único Rogelio de mi estirpe
y no fui, no soy,

y no quiero ser un Buendía.



© RogelioJarquín 2012.AUTORRETRATO CON MALETAS.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Un perfecto manifiesto en contra del realismo mágico y a favor del realismo sucio. El tiempo nos ha dado la razón a los que te llamábamos poeta.
UN SALUDO
Saul Vilchez

TURULA dijo...

QUE GUSTO VOLVER A ENCONTRARTE POR AQUÍ COMPADRE...HAS ABANDONADO LA FANTASÍ APRA REGALARNOS CRUDA REALIDAD? BUENA SEÑAL QUE LAS COSAS QUE LE DIGAS A YOLANDA SE INTEGREN EN LAS PALABRAS QUE DICES EN TU VIDA Y NO RESEVES ESPACIOS A LAS PALABRAS DE RECUERDO.

A VER SI BEBEMOS.

Ricardo dijo...

Tal vez esa fue la crudeza que sirvieron de caldo de cultivo para que naciera un Mauricio Babilonia. Tal vez esos entornos acunaron más de un Virgilio y tal vez, lo nombraron cónsul vitalicio del infierno terrenal. Yolanda podría estar orgullosa de ti si supuera, tal vez, de qué. A falta de Yolanda, yo me alegro de tenerte tan cerca en tus letras.