lunes, 14 de mayo de 2012

El hacedor de lluvia (Epilogo perdido de Tabaco frito)

En tarros que fueron de mermelada
hoy mil y un insectos
no dejan de aletear.
Es lo único que lleva de equipaje,
lo único que le basta
para la lluvia avivar.
Viaja por el mundo moviendo nubes,
fabricando chubascos,
en desiertos y mar.
En la más alta teja de un tejado
su ejército de insectos
va tejiendo un chispear.

Las mariposas hacen aguaceros,
tormentas eléctricas las polillas,
las libélulas pasan del diluvio
a la frágil brevedad de la llovizna.
Para lluvias de verano: avispas,
aleteo y zumbidos desordenados,
revuelven las bajas y grises nubes
que mañana caerán sobre Barbados.

Bien le conocen los hombres del tiempo,
Los paraguas, los chubasqueros,
la rosa de los vientos.
El viejo domador de los insectos
desde la ventana de un hostal
juega; dibuja el cielo.

Es feliz encharcando sucias calles
con la lluvia temprana
de un abril extraviado.
Es feliz con sus avispas y abejas,
feliz con sus libélulas
en un Madrid ya mojado.


© RogelioJarquín 2012

2 comentarios:

Anónimo dijo...

MUY JARQUINIANO (¿JARQUINISTA?) UNA VERSION VANGUARDISTA DE TLALOC, EL DIOS DE LA LLUVIA. MUY BIEN

Ricardo dijo...

"Para lluvias de verano: avispas" Mejor muestra de que los seres alados son verdaderos "hados" de la temporalidad, el estiaje y la abundancia. Merecido homenaje literario ya esperaban. Supremo!