Llevaba unos segundos de retraso en el andar.
Con el balón entre las manos se dejaba la piel de los zapatos
contra el golpeado asfalto.
Los médicos decían que era la polio
pero nosotros diagnosticamos que sólo era la gravedad,
que la tierra juguetona le ataba una pierna,
que su mundo rotaba más lento del lado izquierdo,
que el cuerpo se le volvía plomo
con cada diástole del corazón.
©2013 Rogelio Jarquín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario